El puente romano de Ourense es uno de los puentes mejor conservados de la Península Ibérica y une dentro de la ciudad la zona centro con el barrio del Puente.
Del primer puente romano, levantado durante la época del emperador Augusto, únicamente se conservan algunas piedras de su base. En el siglo XII se reconstruyó por el obispo Lorenzo dando el perfil actual con arco apuntado, pero unas nuevas ruinas tienen que esperar al siglo XVII, en que Melchor Velasco dio al puente su aspecto actual indiscutiblemente medieval a pesar de que se mantengan elementos romanos originales como son los arcos de inicio del mismo. La torre que aparece en el escudo de la ciudad fue demolida en el siglo XIX. Tiene siete arcos y conserva sus 5 metros de ancho, 370 metros de largo, y su arco central de 37 metros de alto.
Es un puente exclusivamente peatonal, aunque por él también pasa el Tren de las Termas.
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